viernes, 18 de noviembre de 2011

De la transición al futuro. Porque votar a Izquierda Unida

De la transición al futuro. Porque votar a Izquierda Unida


El Pasado

Últimamente desde la izquierda se critica mucho a la Transición. Al parecer es el origen de todos los males que nos aquejan. Yo creo, que la transición efectivamente fue la salida que el sistema, una vez muerto Franco, encontró para salir del atasco en el que se encontraba. La revolución de los claveles en Portugal, sirvió también de incentivo para buscar fórmulas que evitarán que se repitiera en España la primavera portuguesa. Efectivamente, fue una salida pactada en la que la izquierda renunció a muchas cosas pero también se consiguió una buena base de derechos como la democracia parlamentaria, la legalización de los sindicatos, la descentralización autonómica y municipal y otros muchos.

Tan mal no se debió hacer cuando desde entonces no se ha hecho más que retroceder en derechos económicos y hoy invocamos a la constitución cuando reclamamos que la economía tenga un sentido social, cuando reclamamos que la tributación sea más justa o invoquemos al derecho al trabajo, a la vivienda, etc.

Lo que nos pasa hoy es fruto de nuestras acciones de hoy, no de lo que hizo Marcelino Camacho hace cuarenta años. ¿Podíamos haber hecho una revolución?, Posiblemente pero todo indica que se hizo bastante más de lo que la correlación real de fuerzas demostró posteriormente. Por otro lado, Portugal hizo la revolución más “hermosa” de la segunda mitad del siglo pasado y, sin embargo, hoy no está mucho mejor que nosotros, ni social ni económicamente.

Quizás uno de los motivos de la situación actual es que los trabajadores, una vez conquistados algunos derechos, aceptamos el statu quo. Sin embargo, la esencia del capitalismo es la búsqueda de cada vez más beneficio y a mas excedentes de beneficio, encontrar nuevas áreas donde invertirlo. Este es uno de los orígenes de las privatizaciones: traspasar más áreas de inversión a los empresarios: hospitales, colegios, carreteras, etc. Bajo el lema de la racionalización, lo que se consigue con esas medidas es doble: Beneficios para el capital y peores servicios y salarios más bajos para la ciudadanía. Cuando un hospital, por ejemplo, se gestiona bajo el principio del beneficio, está claro que se pretenderá ahorrar en medicinas, número de profesionales y sus salarios, comida, etc.

La derecha promete bajar impuestos, en realidad los baja a las grandes fortunas, pero no a las clases medias y bajas. Lo que sí bajan son las prestaciones y servicios públicos y los derechos de trabajadores y pensionistas. Por eso, izquierda Unida no habla de reducir impuestos, habla de recaudar distinto. Reclama el principio expuesto en la constitución de que paguen más los que más tienen y habla de reducir el fraude fiscal.

El 15-M, economistas de derecha o izquierda reconocen o proclaman que el capitalismo está en crisis. Si, pero su crisis puede durar 50 años. Tiene un gran poder de adaptación y reajuste. Incluso canibaliza pensamientos de la izquierda y reutilizar conceptos como igualdad, libertad, justicia. Si miramos las librerías estos días veremos que, junto a los libros que analizan el 15-M, están colocándose libros profundamente reaccionarios pero que aprovechan la iconografía y mensajes de ese movimiento. Dos ejemplos de ello son los títulos “Libertad real Ya” o “Indignados con razón”.

En Italia, tras la operación de “Manos limpias” (por cierto, en España, se han apropiado de este término para dar nombre a un sindicato falangista), se produjo la caída del PSI y Democracia Cristiana... pero se abrió la puerta a Berlusconi. Es decir: “fuera los políticos, empresarios al poder”. Ante el desastre de la operación, ahora se vuelve a tirar de manipulación lingüística para hablar de “Tecnócratas” cuando en realidad se debería decir “sicarios de la banca y la gran industria”. La degeneración contra-democrática de Grecia e Italia es un síntoma de dos elementos graves. Opuestos y complementarios a la vez. Primero: significa rechazar la democracia y la política como elemento ejecutivo-legislativo del poder. Segundo: Poner en evidencia que la política que se practica es cortoplacista, llena de inversiones faraónicas para que parezca que se hace algo en cada legislaturas. Me refiero aquí en España, a aeropuertos vacíos, AVES sin pasajeros, autopistas sin coches, fastuosos eventos etc.… Con ello su secuela de endeudamientos, déficit y también colateralmente, corrupciones y corruptelas y, siempre desproporcionados intereses bancarios.

El Futuro

Estamos viviendo una serie de avances impresionantes. No sólo el evidente despliegue tecnológico de las comunicaciones, también se están produciendo avances importantes en el mundo de la genética, los nuevos materiales, el desarrollo de nuevas herramientas, los avances en neurociencia que harán al siglo XXI el siglo del cerebro y las emociones (con elementos de su desarrollo y control algo similar a lo que ya ocurre con esos atletas que compiten con prótesis de piernas y que ya casi igualan a los atletas sin esas deficiencias. ¿Cuál será el paralelo de eso en el mundo cerebral?). Necesitamos para la simple supervivencia de la especie, que todos esos descubrimientos no sean puestos al servicio del beneficio privado, sino al servicio de la ciudadanía: Por la paz, la libertad, la igualdad y el bienestar general y generalizado.

Es por lo tanto, vital recuperar la DEMOCRACIA no la partidocracia o los duopolios políticos al servicio de los poderosos. En ese sentido, Izquierda Unida debe hacer autocrítica y responderse sobre por qué los ciudadanos no la perciben como una alternativa al PP y PSOE. Alternativa en su doble acepción de DISTINTA y POSIBLE. Es necesario un nuevo paradigma que, como en la transición se rompa con lo viejo y se encuentre un nuevo estadio, una república democrática con el poder en manos de la ciudadanía, más democracia para más justicia para más bienestar.

Los errores cometidos por IU deben servir de acicate. Se deben corregir y avanzar. Peor sería decir “lo hemos hecho todo bien. No podemos hacer más”. Desde su fundación Izquierda Unida ha sufrido (seguramente una razón está en sus errores internos) diversas escisiones: PDNI, Corriente Roja, Trotskistas, etc. ninguna de ella ha mostrado caminos mejores. Mas al contrario, no parece adecuado llamar a la necesaria unidad de la izquierda creando cada uno su “chiringuito”. Izquierda Unida sigue representando un proyecto de pluralidad y unidad con una voluntad de avanzar con más izquierda y más democracia donde cabemos también los que defendemos un horizonte socialista y republicano.

Pero a diferencia de otras alternativas como el 15M, anarquistas o antisistema que no quieren “mancharse” en las instituciones, Izquierda Unida si se implica en el día a día y, allí donde puede expresarse o hacer, está contra los despidos de trabajadores, contra la reducción de prestaciones, en defensa de lo público, de los débiles, de los marginados y en defensa también, de la conservación y mejora del medio ambiente.

Acabo con una metáfora “dolorosa”. Cuando tenemos un flemón sabemos que la solución es arrancar la muela o matar el nervio. Tomamos calmantes para el dolor y antibióticos para reducir la infección hasta que se pueda “operar”.

Izquierda Unida hace ese doble papel de lucha aquí y ahora, contra el dolor y la infección y preparar y andar el camino para un futuro mejor.

Es por ello, por lo que yo os pido el voto para Izquierda Unida.


(José Valentín Ramírez)

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